Texto contextualizado: |
ya para nada en cuanto concluyera el período de darse a valer. Claro que, frente a estos miedos, se incubaba uno de signo contrario, inyectado generalmente por las madres casamenteras o por las amigas bienintencionadas: el de que el chico en cuestión se hartara de que le dieran largas. Pero en ese riesgo estaba al mismo tiempo el aliciente. El derecho a decir que no, o que todavía no, o que quizá - quizá - quizá era la mayor manifestación de libertad y rebeldía, la única situación donde la chica de postguerra, |
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