, pero nosotros nos sentíamos felices al recibir aquellos primeros goterones que nos sorprendieron en el camino. Enrico, el sobrino de Lucía, iba delante de nosotros, a través del bosque, indicandonos los lugares más resbaladizos o las raíces con las que no debíamos tropezar. También queríacubrirnos,atodacosta,conunenormeparaguas negro que había llevado consigo. »Al principio nos decepcionó un poco la casa, habitada en tiempos, pero ahora utilizada como almacén