Betina. La música volvía a encenderse y a encenderle, pero no para sacralizar a la muerte --como la tarde anterior-- sino para turbar placenteramente los sentidos y exaltar la pasión. La música del cuerpo, de los cuerpos en armonía, anulabalarealidad.Janocerróautomáticamente la puerta y se olvidó que estaban en su habitación; se olvidó del mundo y de qué tipo de mujer estaba entre sus brazos. Y olvidaba porque precisamente la poseía, porque
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CERRAR.1a - Hacer que [una puerta, ventana o algo similar] deje de comunicar algo con respecto al exterior.