plenitud pagana, la idea neoplatónica de belleza y verdad que Botticelli tan plásticameente representara y que, a nivel teórico, Lorenzo de Medici había avivado como una llama entre los olivos y cipreses de su villa de Careggi. Un torbellino de sensaciones había dentro de la cabezadeJanomientrascontemplabaaquellafigura. Un nido de serpientes parecía anudarse y revolverse en la extraordinaria cabellera de aquella mujer. Pero no, no eran las serpientes las que se agitaban en la cabellera de