día en Torno, viendo la Villa Pliniana, que según la tradición, había habitado Plinio, el escritor romano. A la extraordinaria Villa Carlota, con sus terrazas llenas de azaleas y de rododendros --especialmente floridos en los días de primavera-- fuimos sobretodoconlaintencióndecontemplarelAmore e Psiche de Canova. No nos decidimos a ir a la Valsolda ante el temor de que Fulvio nos echara a perder la excursión por aquel valle maravilloso recordandonos los incidentes