y se preguntó si había sido una persona decente por convicción o por miedo. La respuesta era horrible. La respuesta siempre era horrible, en cualquier caso era horrible; iba a entregarse, sí, ya estaba decidido; al menos cedería a la ley el castigo que veníaaplicandosealolargodelanoche. «Basta, basta, basta. No estoy en condiciones de entender su acto. He de comenzar de nuevo. ¿Cuál es el accidente?», dijo la voz. «¿La muerte
MIR:103.26
APLICARI.3 - (relación v. soporte) Dirigir [una acción o expresión] [a alguien]