lo apartó acto seguido. Permanecía en pie con los brazos colgantes y expresión indecisa. Daba la impresión de estar intentando extraer penosamente de adentro de su cabeza algo que exigía una difícil concentración. Finalmente, avanzó unos pasos y posó ambas manos en el rebaje del muro en que se asentabaelmarcodelventanal. ...el pañuelo en la mano temblona... limpia la boca... limpia los ojos... se esconde... se escondía de mí... ¡vete a comer al jardín!...