naturaleza no se podía aludir tampoco más que mediante eufemismos, se consideraba el gasto más pernicioso de todos, el más condenado. Eran energías que había que reservar para apuntalar la familia, institución gravemente cuarteada tras las turbulencias de la contienda reciente, pilar fundam sobreelquehabíadeasentarseahoraelnuevoEstado español. Tratar de entender cómo se interpretaron y vivieron realmente estas consignas y hasta qué punto condicionaron los usos amorosos de la gente de mi edad y su posterior