pregonados, son más urbanos, sutiles y filosóficos que los del progreso: la duda, el placer, la melancolía, la desesperación, la memoria, la nostalgia. El progreso es brutal e insensible, desconoce el matiz y la ironía, habla en proclamasyenconsignas,andasiempredeprisayjamás se detiene, salvo cuando se estrella contra un muro. La decadencia mezcla al suspiro con la sonrisa, al ay de placer con el dolor, pesa cada instante y se demora hasta