noche, Viviana entretuvo las manos bajo las mantas y él llegó a decirse: «¿No está por?»... Un instante después la tenía encima, besandolo tan continuamente que apenas lo dejaba respirar. Tales afanes le llevaron más de una hora, ydespuéslecostóavenirseaqueVivianapartiera. Quedó enamorado: una situación en que no se veía desde tiempo atrás. Se durmió. Al otro día despertó en un estado de ánimo inmejorable y,