Planes para una fuga al Carmelo Al profesor lo irritaba la gente que se levantaba tarde, pero no quería despertar a Valeria, porque a ella le gustaba dormir. «Pone mucha aplicación», pensó,mientrascontemplabaeldelicadoperfilyla efusión roja del pelo de la chica sobre la almohada blanca. El profesor se llamaba Félix Hernández. Parecía joven, como tantas personas de su edad en aquella