Cuando Anselmi lo nombra, dice «el Instituto del profesor Basile». --¿Lo ves mucho? --Somos amigos, pero no lo veo fuera de nuestras comidas anuales. Anselmi llevó a Poldnay al consultorio y Sepúlveda le hizo el tratamiento. --Después deunapausa,agregó:--Quésuertequetedevolvió el alma. Es mejor no venderla, aunque no exista el diablo. Olinden pensó: «Ya que estoy en la idea de hacer testamento