Texto contextualizado: |
señorita a quien le habían matado el novio en la guerra y había decidido no volver a tener ninguno. Lo había jurado entre lágrimas, releyendo sus cartas y mirando su retrato, que solía tener enmarcado sobre la mesilla de noche. Fuera cual fuera el grado de convicción con que formulara aquel voto, el mero hecho de hacerlo no sólo la ponía al abrigo de todo escarnio, sino que la ascendía al rango de heroína. A aquellas señoritas --yo conocí a algunas, porque constituían un grupo bastante numeroso-- nadie |
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