el novio, sobre todo si había sido «difícil de pescar». Los que no tenían media bofetada solamente podían paliar tan ingrata condición con una cuenta corriente bien nutrida o con una carrera de ingeniero de caminos odeabogadodelEstado,porcitardosdelasquemásfascinaban a las madres casamenteras. Pero el ideal de las jovencitas, cuando en un arranque de sinceridad hablaban con sus amigas de aquellos temas, se expresaba en la siguiente frase, que escuché