rostro se adivina la tranquilidad de la joven de buena familia respaldada por una muralla de hombres encargados de proteger al sexo más débil y de encauzarlo. Tal vez en ese tiempo soñara con un novio olotuviera.Mástarde,alofrendarsuvidaalatareade«guardar ausencias» al «Gran Ausente» y de erigirse en heredera de su partido, se aproximó más al tipo de la «novia eterna» comentado en el capítulo anterior que al de la solterona. Tenía unos