Texto contextualizado: |
carrera de ingeniero de caminos o de abogado del Estado, por citar dos de las que más fascinaban a las madres casamenteras. Pero el ideal de las jovencitas, cuando en un arranque de sinceridad hablaban con sus amigas de aquellos temas, se expresaba en la siguiente frase, que escuché en mi juventud muchas veces: «Hija, a mí Dios me dé un hombre que sea capaz de llevarme las maletas.» Quién sabe si este cliché no arrancaría, como tantos, de alguna escena de película rodada en bulliciosa y cosmopolita |
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