Texto contextualizado: |
Si quiere tu exclusiva, por mucho que tú estés deseando concedér, que se moleste en pedirla. ¿Pero de qué manera forzar a un caballero a poner las cosas en claro si estaba tan prohibido dar datos acerca de los propios sentimientos como mostrar impúdicamente una impaciencia excesiva por escuchar palabras arrebatadas? La única posibilidad femenina para espolear al perezoso a que pidiera aquella «exclusiva» era la de hacerle comprender -no con palabras, sino con hechos- que existían otros que podían adelantarse en tal pretensión; |
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