Texto contextualizado: |
justos, hay que reconocer que las mejores páginas del texto, anteriores a este éxtasis, son aquellas en que Carmen de Icaza deja constancia de la banalidad general de las conversaciones masculinas durante una puesta de largo, en un intento bastante eficaz de desmitificación de la misma. Lo que pasa es que no se atreve a llevarla adelante, porque sería demasiado duro de aceptar para sus lectoras que la vida no es como una novela, y saca a Felipe Arcea, el hombre gastado y atormentado pero muy espiritual y al mismo tiempo |
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