los atributos de la sumisión y el aguante, mientras que ponía en manos del hombre la batuta de las decisiones trascendentales. Cuando los novios rompían, había la costumbre de que se devolvieran los regalos y las cartas que se hubieran podido escribir. Muchasvecesestapetición,quesolíapartirdelanovia,eraun pretexto, un cable esperanzado que se lanzaba para reanudar el rosario amoroso de reproches y disculpas. Pidele las cartas... Hay quien sostiene que la auténtica propiedad