Texto contextualizado: |
peligrosa. Veamos el proceso que seguían las relaciones en el caso contrario, es decir, cuando el hombre decidía intensificarlas. Primero se convertía en acompañante, título más o menos institucionalizado, pero presidido todavía por el azar. Se decía: «Fulanita no tiene novio, pero la acompaña un chico.» Acompañantes, por supuesto, se podía tener más de uno, entre los cuales se iba configurando el preferido. Algunas muchachas, de carácter alegre y sencillo, menos obsesionadas por el casorio que otras, |
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