Texto contextualizado: |
en su patio de recién casada. Sólo dos cosas no tuvieron en cuenta sus coberteras: la excepcional resistencia de bebedor de Bayardo San Ramón, y la decencia pura que Angela Vicario llevaba escondida dentro de la estolidez impuesta por su madre. "No hice nada de lo que me dijeron --me dijo--, porque mientras más lo pensaba más me daba cuenta de que todo aquello era una porquería que no se le podía hacer a nadie, y menos al pobre hombre que había tenido la mala suerte de |
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