vida. A la tenue luz de la lámpara observó la habitación libre del caballete, de la paleta, de los bocetos que el pintor extendía con frecuencia por todos los lugares. En un rincón vio enrollados y atados con uncordelunmontóndelienzos.¿Ibaapartirohabía renunciado repentinamente a pintar? Jano miró luego hacia el lecho. Peter se había quedado dormido. Tenía en su rostro un gesto de paz y de dolor al mismo tiempo.