rostro y abre los ojos. El sumidero de la bañera palidece. Ella se asustó de pronto, sólo enmarcaba su rostro con las manos. Volvió a esconder el rostro en ellas para ocultar la mueca de dolor. El animal estaba asido a las paredesdelestómago.Nopuedeexpulsarlo,agazapado en la bañera. Ella sonreía. La sonrisa no es horrible aún, están hablando, rodea su rostro, abre los dedos para observar, el sumidero pálido, le