Texto contextualizado: |
tocabas el piano con una extravagante intensidad. Inexplicablemente tus manos seguían conociendo cada nota, cada tecla. También hubiera querido huir de aquella música, como huía de tu voz hacia el fondo del jardín en los días que pasamos en Como. Hubiera querido huir de la música que ahora extraías del piano. Pero no podía o no quería hacerlo. La música era todavía el último hilo que no se había roto en ti; el hilo que aún vibraba, y que al vibrar me demostraba que un |
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