con una boina y con una escarapela tricolor en la solapa del impermeable emerge al amanecer, los domingos y días festivos, del inmueble de la Rue Poissonnière, arriesga una mirada furtiva a la acera desierta y llena de desperdicios y, reconfortado por el silencio y aparente letargo urbano,procedeainspeccionar,conairesdepropietario, las fachadas grises de la Rue de la Lune. Las enérgicas pintadas con esprai de los turcos extienden a lo largo de los muros inquietantes mensajes: KA-HROLSUN