murmura uno de ellos. Alguien ha puesto un banquillo de madera adosado a la pared y uno de los policías tropieza contigo y, vivamente enojado, tú, quitate de ahí en medio, ¿no ves que estás estorbando?, te ordenasentarteenél.Leobedeces,conansiedad creciente, cuando escuchas gritos e insultos en la estancia vecina y un grupo de policías arrastran a empellones y patadas a dos miserables descuideros pillados con las manos en la masa