del oro en el taller de su padre y llegó a ser un orfebre depurado. Pedro Vicario, sin amor ni empleo, se reintegró tres años después a las Fuerzas Armadas, mereció las insignias de sargento primero, y una mañana espléndida su patrulla se internó enterritoriodeguerrillascantandocanciones de putas, y nunca más se supo de ellos. Para la inmensa mayoría sólo hubo una víctima: Bayardo San Román. Suponían que los otros protagonistas de la tragedia habían cumplido
CRO:085.12
CANTAR.1 - Emitir [alguien]sonidos melodiosos con la voz