sintió náuseas, deseos de vomitar todo cuanto había leído, aquellas verdades que le hirieron en lo más profundo de su ser. Sintió náuseas, y la contemplación del salón vacío y en penumbra del balneario le produjo una desesperanza y una tristeza infinitas. «Elchantaje,Francesca,duróhastaelfinal.Cuando después de unos días de descanso en casa de los sobrinos de Lucía --a donde te llevamos-- volvimos al caserón de Via Cappuccio, vimos que los Malombra