contenida y cegada de los días en Monteoscuro. Sintió una profunda necesidad de ver a Betina, de estrecharla entre sus brazos y de ser estrechado por ella para volver a sentir en su rostro aquella especie de fiebre violenta; una necesidad que se tornaba urgente; una urgencia que nacíadelainminentepartidadelamuchacha.Sintió la necesidad de verla en seguida y comprendió cuánto había sido el tiempo perdido. Silbó al perro, que de ningún modo parecía querer