modos esperaron, y entonces fue Pedro Vicario quien pensó que el hermano estaba perdiendo el tiempo a propósito. Mientras tomaban el café, Prudencia Cotes salió a la cocina en plena adolescencia con un rollo de periódicos viejos para animar la lumbre de la hornilla. "Yo sabía en qué andaban--medijo--ynosóloestabadeacuerdo, sino que nunca me hubiera casado con él si no cumplía como hombre." Antes de abandonar la cocina, Pablo Vicario le quitó dos secciones de periódicos y