estanque y de la canalización que traía el agua. Estaban muy confundidos con cuanto acababa de ocurrir y echaron en falta la presencia de Peter. Sin duda él habría suavizado la situación con un poco de aquel entusiasmado escepticismo suyo que nacía de la experiencia y del dolor. Élhubieraacabado,haciendousodecualquierironía, con el exaltado griterío de la discusión. Betina y Jano parecían estar condenados a no gozar nunca de unos instantes de conversación relajada. Los celos,