él también se sentía girar en armonía con el Todo. Había deseado soñar y lo consiguió. Quiso que el sueño decidiera por él y ahora sólo le faltaba interpretarlo. El sueño le había endulzado el ánimo y, al mismo tiempo, se lo había sobrecogido. No podía apartardesumentelamaravillosamúsicaquese fundía con las flores y los ángeles. Tampoco podía olvidar los relámpagos grises y los fogonazos con sabor a ceniza de la Danza Macabra, así como los