con sus hermanas bajo el rigor de una madre de hierro. Aun cuando le faltaban menos de dos meses para casarse, Pura Vicario no permitió que fuera sola con Bayardo San Román a conocer la casa en que iban a vivir, sino queellayelpadreciegolaacompañaronparacustodiarle la honra. "Lo único que le rogaba a Dios es que me diera valor para matarme --me dijo Angela Vicario--. Pero no me lo dio." Tan aturdida estaba