arrima ya una silla a la ventana, se encarama, abre... ¡Madonna! La visión de ese peligro le ciega. Olvida a los padres, le da igual todo. La situación ha estallado con esa puerta cerrada como detonador. Es la hora del ataque yelviejoavanzasigilosoasalvaralprisionero,a devolverle la esperanza en la vida. Ante el cochecito de Valerio, el viejo se queda asombrado: -¿Tuyo? ¿No te metiste