pronto el hijo, deseando hacerse grato. Al viejo le parecen aún más jugosos los campos. Al cabo de un rato se ve forzado a pedir algo: -Cuando puedas paras un momento, hijo. Necesito echar abajo el pantalón. Ya sabes, la bicha que meandapordentro. El hijo vuelve a inquietarse con la grave enfermedad del padre, causa de que lo lleve a los médicos de Milán, y se reprocha haberla olvidado un rato