; y en fin, como en los otros países de América Latina, la debilidad de nuestras tradiciones democráticas. Esto último explica que el régimen, a pesar de que cada día es más palpable su naturaleza despótica y más conocidos los fracasos de su política económica y social, aún conservepartedesuinicialascendenciaentrelosjóvenes universitarios y algunos intelectuales. Otros se aferran a estas ilusiones por desesperación. No es racional pero es explicable: la palabra desdicha, en el sentido