jaleo y tantas voces siguió durmiendo tan tranquilo ? -sonríe Andrea. -Es un tesoro -se extasía Hortensia, mirando a Brunettino que, encaramado sobre una silla, intenta alcanzar la falleba de la ventana. -¡ La ventana no! -prohíbe Andrea, levantandose paraalejarledelpeligro. -¡No! ¡No! -imita el niño a gritos, siguiendo una rociada de sílabas sin sentido. -Es un tesoro, sí -repite Andrea-, pero nos