parecía nacer de cada uno de los rincones de la habitación. --¡No! ¡La luz no! --intentó gritar, al tiempo que ante él los objetos luchaban por cobrar grises formas vacilantes. Todo se impregnó de un aire especial, casidesueño,lasvocesresonaronconsinuosidades extrañas. En algún sitio Agus preguntó ¿qué ocurre?, ¿qué estáis buscando?, y los muebles más cercanos permanecieron inmóviles un instante, pero era como si se