Se me ocurrieron hipótesis que tuve por descabelladas; muy pronto descubriría, sin embargo, que la imaginación no puede competir con la realidad. Lo que el gerente del hotel, hablando en tercera persona, en un tono cortés y muy triste, me comunicó, era increíble. Tras participarenunepisodiocallejerosindudagrave, Abreu se hallaba detenido en una dependencia policial, cuya dirección mi interlocutor ignoraba. Exclamé: --¿Sabe quién es el doctor Abreu? ¡Una personalidad