Hoy hace un mes que Dan volvió a Topeka para una nueva estancia en la clínica. Me quedaré con su apartamento por ahora. Un beso, Annick. II Todas las hojas eran de oro. Flotaban inmóviles, en delicadas capas superpuestas, recostadas blandamente unassobreotras,ycubríanlasuperficiedelaguacomo una lámina continua, desprovista de peso porque sólo el color les confería la esencia luminosa del metal. Genoveva miró un momento la piscina y luego lo miró a