nombre. El coche retorna a la autopista desde un mesón de carretera donde los viajeros han cenado ligeramente. Por la llanura del Po la niebla se extiende como avanzadilla de la noche, enredando sus vedijas en las hileras de álamos. El viejo se adormila poco a poco:noretienensuatenciónesastierrasmonótonas y blandas, huertos domesticados. «Pobre», piensa el hijo, contemplando esa ladeada cabeza sobre el respaldo. «Está cansado... ¿ Tendrá esperanzas de