, gritaba ¡doblones de a ocho! y Miguel pronto aprendió a interpretar sus deseos e inquietudes por el tono y la cadencia de su voz. En una ocasión, mientras le decía que su madre ya no le parecía tan fascinante como en su anteriorviaje,CapitánFlintsedurmióensuregazo y Miguel, acariciandole con ternura, pensó que tenía gracia que su mejor amigo fuera un loro. No hubo manera de obligarla a tragar los apetitosos manjares que
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DORMIR.1 - (Hacer) Entrar en un estado de reposo y suspensión de la conciencia