en la cárcel. Respetaba en cambio las propiedades de Miguel y le contaba chistes al oído, para que Agus no los oyera, se reían mucho manteniendolos en secreto cuando él protestaba y pedía que le contaran. A veces Germán fingíahablaraMiguelaloídosóloparapoderdivertirse más tarde con las súplicas de Agus. Germán tenía en el hombro izquierdo una peca peluda muy fea y solía enseñarla para hacer reír. También era divertido que pusiera los ojos