en silencio y se ruborizó al oír a su espalda la risa del abuelo. León Alberto estuvo casi media hora hablando de Cenáculo en el Tabernáculo. Miguel notó que el abuelo resoplaba con desdén y que emitía ruidosos bostezos de aburrimiento siempre que aquél se demoraba comentandosuspropiaspoesías.Discutieron sobre literatura y citaron a escritores franceses y a Federico. Todos admiraban al abuelo porque había sido su amigo. Tuvo que levantarse y recitar: «Fernando, sólo a ti puedo
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DISCUTIR - Defender o manifestar opiniones contrarias