, abrió con gran cautela la puerta que estaba al fondo del pasillo, la del antiguo salón principal. Asomó un instante la cabeza. La oscuridad era total. Momentos después, la abuela preguntó desde el dormitorio: --Miguel, ¿por qué tardas tanto? -Meestoylavandolasmanos.Ahoravoy. Los primos venían a verle una o dos tardes por semana. La abuela sacaba de un cajón el Palé y los Juegos Reunidos, los colocaba sobre un tablero encima