Texto contextualizado: |
si nos mostrábamos obstinados, de incumplir su sugerencia. No me pasó desapercibido el pistolón que el conserje llevaba colgado al cinto y me puse a observar con redoblado empeño la apetitosa delantera de la recepcionista para aprovechar en algo grato los últimos instantes que tal vez de vida me restaban, diciendo a la par que lo hacía: --Ave María purísima. Disculpe usted que lleguemos con retraso a la cita, pero el chófer es nuevo. Sírvase avisar al dueño de que ya estamos aquí. |
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