¡qué gratísimos compañeros! Abreu, un amigo de toda la vida, con el que siempre me sentí cómodo y a cuyo lado aprendí tantas cosas; doña Salomé, toda una señora y, por si fuera poco, lo que se dice una buena moza de verdad. --EmpezamoslagiraporAmsterdam.Enelhotel afirmó alguien que un sismo había sacudido nuestro país. A la tarde nos largamos a la embajada, a pedir noticias. Nos recibió el embajador en persona,