casa, en la calle Tucumán. Eran casi las dos de la mañana. --Es tarde. Ojalá que no tengas un disgusto con tu marido. --No te preocupes --me contestó--. Yo me arreglo. Quise creerle, aunque mi experiencia de muchacho supersticiosomeenseñabaquebastacederun instante a los halagos de la vanidad, para recibir castigo. Al día siguiente me despertó el teléfono. La reconocía aunque hablaba en un murmullo. Me decía:
HIS:098.25
ENSEÑARII - Hacer saber o transmitir [un conocimiento o una habilidad] [a alguien] para que los aprenda