horas antes en pos de una salvación que corría por delante de él sin rumbo ni promesa, tal vez un extravío de su mente ya más insoportable que la vuelta a casa. Miró al cielo con un detenimiento que sólo revelaba fatiga, luego miró hacia adelante, despuésechóaandar,despacio,porlacalzada, vencido bajo la oscuridad. Volvía porque era culpable: Ahí radicaba la verdad de sus pasos. Volvía al lugar del que no debió salir más que