incluye y que el todo es más que la parte? --preguntó Lohner. Volvieron a oír la sirena, ya próxima. Los muchachos se guarecieron en el almacén. Moureira le dijo: --Acuéstese en el piso de la lancha, que lo tapo con la lona. ObedecióHernándezyconunasonrisamelancólica pensó: «La conclusión de Lohner es justa, pero en este momento no me consuela.» Lentamente, resueltamente, se alejaron rumbo al río Luján